Fuente: Pro Mujer Bolivia
Marcela Suárez Melgar, de Santa Cruz, de 49 años, propietaria de tienda
Fue escalando y ahora se encuentra en un punto desde el cual sirve de inspiración para muchas otras mujeres que sienten que la vida es pesada, que no pueden y que están por rendirse. Ella tiene consejos para todas, pues siendo ama de casa, recibió la invitación para ser parte de Pro Mujer, necesitaba ayudar económicamente a su familia. No desaprovechó la propuesta y obtuvo un pequeño crédito que invirtió en productos de belleza. Fue muy hábil y su capital rápidamente se multiplicó. Estaba lista para el siguiente paso.
A ella le gusta hacer masitas, intuía que éste podía ser el camino hacia algo más grande; incluyó a sus hijas en su plan de negocio y montó una tienda. Continuaba con los préstamos de Pro Mujer, gracias a los cuales abastecía el local e hizo crecer su capital. “Tengo un buen mercado, hay campo para el negocio. Todo está muy bonito”.
“En mi familia nos ayudamos con mi ingreso y el de mi esposo. Hay momentos en que una se siente deprimida; bajoneada pero para eso está la familia, te saca adelante y si la familia te falla siempre encuentras a Pro Mujer para sentirte bien. Yo aprendí que las mujeres somos capaces de trabajar y no pensar en pedir el dinero de la pareja. Recomiendo: ¡mujeres!, agarren un trabajo y ayuden en su hogar, se sentirán enteras, sanas y mirarán adelante con la cabeza arriba, como debe ser una verdadera mujer”.
Marcela siente un gran agradecimiento a Pro Mujer, “me siento motivada a ayudar a mis hijas y a otras mujeres, porque ésta es una institución que no solo nos da dinero, nos da calidad de vida, nos hace pensar en trabajar la economía para salir adelante”. Con humildad y un camino de mucho aprendizaje, Marcela concluye: “Mujeres: trabajen, inviertan bien su dinero y pongan un negocio. Aspiren a ser alguien (no estar solas), aspiren a ser grandes”.